La recolección
comienza normalmente a primeros de octubre y dura aproximadamente un mes,
dependiendo de las diferentes variedades de castañas y localizaciones
geográficas. Puede hacerse de diferentes formas.
Cuando
la castaña cae del erizo lo que ha madurado es el fruto propiamente pero no la
semilla, que
en este caso es la castaña. La maduración de la castaña se produce
posteriormente a la del fruto. Es por eso que su metabolismo interno durante
ese proceso genera un calor que dificulta grandemente el proceso de
conservación de la misma una vez recogida y que hace que pueda perderse una
parte de la cosecha.
Normalmente
la caída del fruto se produce de forma espontánea al llegar la madurez. En el suelo los erizos se
abren para dejar al descubierto las castañas. Los que no se abren al caer se
golpean para que se abran y recoger el fruto. La recogida se hace a
mano con unos guantes para evitar pincharse con las púas de los erizos.
Es
aconsejable realizar la recolección lo más rápidamente posible porque cuanto
más tiempo estén las castañas en el suelo más complicada será su posterior
conservación, sobre todo si el tiempo es húmedo. Esta es una cuestión que se debe
saber aún cuando no sea posible muchas veces llevarla a la práctica.
Cuando
se recogen las castañas, lo mejor es ponerlas en cestas de madera o en sacos de
malla, pero nunca deben utilizarse sacos de plástico porque entonces la
conservación será muy difícil. Esto se debe a que la aireación del
fruto es importante tanto en el momento de la recolección como posteriormente a
la misma.Almacenar la cosecha con un excesivo grado de humedad favorece la
producción de fermentaciones y aumenta el riesgo de ataques de hongos como
consecuencia del aumento de la temperatura.
Las primeras que caen pueden estar parasitadas por insectos y ser
estos la causa de la caída. A la hora de recogerlas deben desecharse aquellas
castañas que tengan síntomas evidentes de haber sido atacadas por insectos,
para evitar que puedan afectar a otras sanas y disminuyan la calidad del
producto. Deben evitarse los días de lluvia, para que la castaña recogida no
retenga excesiva humedad, que aumente los riesgos de fermentación cuando se
mantiene almacenada antes de la venta. Con ello se pierde también mucha
calidad.
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