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martes, 25 de octubre de 2016

Los técnicos del FMI hacen suyas las últimas cifras de la OCDE

Los técnicos del FMI hacen suyas las últimas cifras de la OCDE, una suerte de think tank de los países desarrollados, según las cuales si la brecha de género se suturase por completo, el PIB del Viejo Continente crecería un 12% adicional en los 15 próximos años. Además, ya según sus propios cálculos, si la participación femenina en el mercado laboral se situase en el mismo nivel que la masculina y la diferencia entre el número medio de horas que trabajan ambos géneros quedase a cero, la fuerza laboral europea repuntaría un 15%.



El reto actual, incide el organismo con sede en Washington, es que la tasa de participación femenina siga subiendo a pesar de encontrarse ya en máximos históricos. Y, para ello, es ineludible que las políticas se alineen con este objetivo. "En el caso de las mujeres europeas, la decisión de trabajar o no trabajar no es solo una decisión personal: las políticas también importan", subraya. En este sentido, el FMI reclama dos incentivos para que la mujer siga incorporándose al mercado laboral: un incremento en la dotación pública para guarderías y un mejor tratamiento impositivo para los segundos contribuyentes por hogar, en su mayoría mujeres. El Fondo también subraya la necesidad de apostar por contratos a tiempo completo en detrimento de las fórmulas a tiempo parcial, particularmente extendidas en los países nórdicos.

Más mujeres directivas para mejorar el desempeño económico

Para que la incidencia sobre la economía sea completa, el Fondo pone el foco sobre el número de mujeres en consejos de administración o puestos directivos de grandes empresas. "En la medida en que una mayor participación de la mujer en los altos cargos mejora la rentabilidad de la empresa, también podría respaldar la inversión y la productividad general, mitigando así la desaceleración del crecimiento potencial europeo", reza el documento. Esta conclusión es consistente con el último informe del prestigioso Peterson Institute estadounidense sobre la cuestión, que subrayaba que las empresas con más mujeres al mando son más rentables que aquellas en las que los hombres siguen copando el grueso de las posiciones directivas.
Desde 2003, cuando Noruega aprobó la primera ley europea de cuotas que establecía que el 40% de los puestos del consejo de administración de las empresas cotizadas debían estar ocupados por mujeres, muchos países europeos —entre ellos Alemania, Francia, Italia y España— han optado por fórmulas similares que arrojan resultados dispares. "En términos generales, estas normas han ayudado a aumentar el porcentaje de mujeres en los consejos de administración de las empresas cotizadas, pero la mayor parte de los países europeos todavía está lejos de la paridad de género en puestos directivos", subrayan los técnicos del Fondo.
Según sus cifras, solo el 12% de los cargos directivos de las 620 mayores empresas cotizadas del continente son mujeres. Esta cifra se eleva hasta el 18% en el caso de los puestos en los consejos. Al ampliar esta muestra hasta los dos millones de compañías radicadas en 34 países europeos, al contrario de lo que podría intuirse, el porcentaje de mujeres sobre el total de consejeros o ejecutivos se dispara hasta el 25%.

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