Lo hemos visto mil veces en películas o en series: los dos protagonistas trabajan juntos y, como el roce hace el cariño, acaban enamorándose o manteniendo algún tipo de relación sexoafectiva. Unas veces con más drama que otras, claro. Como sabemos, estas cosas van más allá de la ficción. Incluso es muy posible que a alguna persona que esté leyendo este artículo le haya pasado.
De hecho, según una encuesta realizada a más de 2500 personas por el medio Business Insider, hasta un 54% de los encuestados reconocieron haber tenido sexo con algún compañero de su trabajo. Aunque sólo un 10% de éstos se arrepiente. No debe extrañarnos; pasar 8 horas en la oficina cada día nos ayuda a conocer bien a nuestros compañeros. Sabemos perfectamente qué nos gusta y qué no nos gusta de ellos. Por algo, hay quien dice que en el trabajo es donde mejor se conoce a la gente.
Al contrario de la opinión general y de lo sugiere el titular de este artículo este artículo, sí existen evidencias de que una relación en el trabajo puede tener ventajas. Es más, la Universidad de Gotemburgo ha realizado un estudio sobre el tema, con interesantes conclusiones.
Entre ellas se destaca que muchos de los participantes expresaron su reencontrada motivación para ir a trabajar. Se trata de un subidón de energía y euforia que puede hacer que incluso trabajemos más duro, ya sea por la propia adrenalina o para impresionar a ese compañero de trabajo que nos gusta. En otras palabras: salir con un compi del curro puede aumentar nuestra productividad.
El sentimiento de pertenencia a la empresa y de equipo también puede verse reforzado porque, en este caso, la relación va más allá de lo laboral. Con lo que se crea más complicidad y comprensión.
Según Carmen Salas, autora del libro ‘Dime con quién trabajas y te diré con quién te acuestas’, la fase posterior al enamoramiento de los primeros días (que puede tenernos un poco distraídos) es un momento en el que aumenta la capacidad de generar buenas ideas y de rendir más y en mejores condiciones. Así, se puede ayudar a cumplir mejor los objetivos de la empresa y a que se produzca un mejor clima laboral.
Pero, por supuesto, no todo son ventajas. Muchas relaciones acaban manteniéndose en secreto. Sobre todo cuando es el caso de un empleado con su superior; una situación delicada tanto para los implicados como para el resto de compañeros, que puede que vean favoritismos, los haya o no. Éste es un poderoso generador de rumores entre la plantilla e incluso entre clientes o proveedores.
De la misma manera que las parejas que comparten espacio de trabajo tienden a hablar de éste en casa, puede pasar lo mismo en el sentido contrario; que se lleven los problemas o cuestiones personales a la oficina. Porque, no nos engañemos, independientemente de la salud de la relación, las parejas discuten. Eso es así y, en ocasiones, la tensión acumulada puede trasladarse al resto de compañeros.
Y, por supuesto, la ruptura. No todas las parejas son para siempre y si su fin se da mientras están en la misma compañía, los compañeros pueden presenciar momentos de dolorosa tensión e incluso riñas. Por no hablar de si se hacen bandos que apoyen más a uno o al otro. La fractura que experimentaría el equipo de trabajo puede ser irreparable. Sobra decir que lo mejor es no meterse para nada. Antes estas situaciones, muchas veces uno de los dos acaba dejando el trabajo.
Por su parte, las empresas no acostumbran a ver las relaciones románticas entre trabajadores con buenos ojos. De hecho, muchas intentan evitar la situación reubicando alguno de los dos en un departamento o espacio diferente. Legalmente, no hay mucho que puedan hacer porque en España no hay ninguna ley que prohíba este tipo de relaciones. Lo que significa que, si se despide a alguien por ese motivo, se consideraría discriminación y sería improcedente. Por supuesto, todos conocemos los despidos por motivos que distan mucho de los reales.
Por el contrario, en Estados Unidos las compañías pueden hacer firmar a sus empleados una serie de normas, entre las cuales el compromiso de abandonar la empresa si alguna vez se casan con alguien de dentro.
Ventajas e inconvenientes aparte, lo que está claro es que se trata de una situación que se puede hacer muy intensa. ¿No os preguntáis si asumiríais todos los riesgos psicosociales que puede conllevar? Y, si ya os ha pasado, ¿Cómo ha sido la experiencia y su repercusión laboral?
Fuente: http://www.proteccion-laboral.com/relaciones-rolletes-trabajo-tienen-alguna-ventaja/
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