Hace dos semanas, un trabajador perdía la vida en Sevilla mientras estaba asfaltando una carretera a 40 grados de temperatura. Salud no tardó en confirmar que se trataba de un golpe de calor y alertaba que era ya el tercer caso registrado en lo que va de temporada. Se sospecha que el jardinero de 25 años que moría el pasado junio en Estepona pereció por la misma causa.
Aunque en España se cuenta con diversos planes para prevenir los accidentes por golpes de calor, según la comunidad, puede que estos ya no sean suficientes dadas las elevadísimas temperaturas a las que venimos enfrentándonos desde junio, casi sin descanso. No sólo en nuestro país, el resto de Europatambién está experimentando una ola de calor importante, siendo Alemania, Francia, Italia e Hungría algunos de los países más afectados. Dichos países han tenido que sufrir temperaturas más altas a lo habitual durante varios días seguidos, con lo que han tenido que adoptar protocolos especiales. O quizás no tan especiales, si tenemos en cuenta que los efectos del cambio climático pueden ser ya irreversibles.
En manos de las empresas está asegurar la protección de los trabajadores contra el calor. No obstante, para quienes tenéis que trabajar sin aire acondicionado este verano, os dejamos con algunos consejos básicos para no sucumbir a los efectos de este intenso verano, proporcionados por el departamento de Treball de la Generalitat de Catalunya.
Antes que nada, es importante controlar las temperaturas. Se considera riesgo estar a partir de 30 grados. I, a partir de los 36, podéis estar en peligro.
Beber agua a menudo es vital en verano. Estemos en el trabajo o no. Se recomienda que sea fresca pero no fría y no esperar a tener sed para tomarla. Es imprescindible beber agua antes, durante e inmediatamente después de la jornada, así como durante el resto del día.
Comer ligero, es decir, alimentos como ensaladas, frutas o zumos, que ayudan al cuerpo a recuperar el nivel de sales perdido con el sudor. Si evitamos las bebidas alcohólicas, con cafeína o azucaradas, mejor. Pues favorecen la deshidratación. Lo mismo con las comidas pesadas o muy calóricas. Sobre todo para cenar, ya que dormimos peor cuando tenemos una digestión pesada e ir a trabajar descansado es vital si tenemos en cuenta que el calor incrementa la exigencia física en el trabajo.
No quitarse la ropa, por mucho calor que haga, y cubrir la cabeza. La ropa ancha crea una cámara de aire que ayuda a transpirar. Nuestra vestimenta deberá ser amplia, clara y fresca y cubrir la mayor parte posible del cuerpo. Si es posible, también utilizaremos cremas solares y gorras de tejido transpirable.
La Generalitat no olvida la responsabilidad de la empresa, a la que también da una serie de recomendaciones:
Se facilitarán los descansos frecuentes (cada hora) y breves. A ser posible, prevenir zonas de descanso climatizadas o en ambientes frescos y en la sombra.
Adaptar las horas para reducir el tiempo o intensidad a la exposición y planificar las tareas menos pesadas para las horas de menos calor (antes de las 11 y después de las 16).
Es importante evitar que los trabajadores se encuentren aislados durante la realización de sus tareas, por si hay que prestar ayuda en caso de problemas. También pondremos agua potable a su alcance, así como gorras transpirables y crema protectora.
Las ocupaciones más expuestas son las que se realizan al aire libre como agricultura, construcción, jardinería y mantenimiento urbano y explotación forestal. Los sitios cerrados más calurosos son los talleres metalúrgicos, hornos de pan, cocinas, hornos de cerámica y lavanderías.
Cuando padecemos un golpe de calor podemos presentar síntomas como fatiga, dolor de cabeza, mareo, rampas, agotamiento o temperaturas corporales superiores a los 40 grados. Aquí es cuando se deben activar los protocolos de primeros auxilios. Si alguien lo padece, deberemos llevarle rápidamente a un lugar fresco y bien aireado. También deberíamos abanicarlo al momento. Se deberá quitar o desabrochar la ropa, mojarlo y esperar a que llegue el equipo de primeros auxilios para que haga el resto.
Os recordamos que la empresa tiene la obligación de proteger al empleado frente a los golpes de calor y frente a cualquier otra amenaza hacia su integridad y salud. Dicho esto, todos podemos aportar nuestro granito de arena para evitar que accidentes como los de este verano vuelvan a suceder. Las organizaciones de salud laboral y PRL también deberían tener en cuenta el calentamiento global que estamos atravesando, para revisar todos los protocolos, pues podrían estar quedándose obsoletos.
Fuente: http://www.proteccion-laboral.com/calor-tambien-mata-no-lo-olvidemos-este-verano/
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