Sí, es cierto que algunos se lo toman sólo como una excusa para salir y desconectar un rato del trabajo y así socializar un poco con los compañeros. Que no decimos que venga mal ni la desconexión ni charlar un rato. Aun así, los simulacros de emergencia son una práctica muy importante para los espacios de trabajo y su principal cometido es aprender y detectar posibles puntos débiles del plan de emergencias de la organización.
De hecho, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales marca que se tienen que realizar simulacros de forma periódica, al menos anualmente, así como contar con un plan de emergencia que analice las posibles situaciones de peligro y designe las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, reacción ante incendios y evacuación de los trabajadores. En él también se deberá apuntar al personal encargado de poner en práctica las medidas establecidas y comprobar su correcto funcionamiento. Los expertos en PRL son los que deberán evaluar el grado de eficacia de los simulacros. En cuanto al procedimiento establecido en el plan, todos los trabajadores deberán tener conocimiento de éste.
Se llama emergencia a cualquier situación imprevista que ponga en peligro la integridad tanto del espacio de trabajo como de las personas que lo albergan, exigiendo una evacuación rápida. Puede haber distintos tipos de emergencia: incendios, amenazas de bomba, sabotajes y falsas alarmas. Luego podemos diferenciar 3 niveles según su gravedad:
- Emergencias que pueden ser controladas y dominadas por el personal y medios de protección del área o sector.
- Emergencias que requerirán de la actuación de equipos especiales de emergencia del sector.
- Emergencias que precisarán la actuación de todos los equipos y medios de protección del establecimiento y la ayuda de medios de socorro y salvamento exteriores como bomberos o policía.
Las fases comunes en todos los simulacros de emergencia son las siguientes:
- Alerta: aviso rápido que deberá poner en acción al personal que tenga asignada la misión de primera intervención.
- Alarma y evacuación: el personal sin misión asignada deberá evacuar el edificio al escuchar la alarma y deberán reunirse en un punto de encuentro estipulado en el plan. Se deberá salir de forma ordenada y sin correr. En caso de incendio deberán cerrarse puertas y ventanas sin llave y, en caso de amenaza de bomba, se dejarán abiertas. Las personas responsables deberán realizar un recuento de los evacuados.
- Intervención: la actuación por parte del personal asignado para controlar y mitigar de forma eficaz la causa de la emergencia.
El simulacro determinará la eficacia del plan de emergencias. A partir de los fallos y aciertos de éste se reformulará o no el plan, o bien se incluirán nuevas problemáticas que no habíamos detectado antes.
Es importante que no sólo el personal con misión de intervención tenga claro su rol a desempeñar. Evacuar el edificio correctamente debe tomarse también en serio. Pues quizás no siempre tengamos la suerte de que sólo se trate de un simulacro. Igualmente, los responsables de prevención también deberán dar al simulacro su merecida importancia, más allá de tener un plan y realizar la dinámica cada X tiempo sólo porque lo dice la ley. Repetimos, a veces nos pueden parecer divertidos pero no es ninguna broma.
Fuente: http://www.proteccion-laboral.com/los-simulacros-importan/
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