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miércoles, 28 de junio de 2017

Yoguis de oficina: la nueva tendencia en bienestar laboral

Hay días internacionales para casi todo, especialmente por las materias relacionadas con la salud (Día Sin Tabaco, Día del Corazón…). No es de extrañar, entonces, que en 2014 se acabara instaurando el Día Internacional del Yoga. No vamos a pretender que no se trata de una práctica que está muy de moda (y que he generado bastante postureo). Pero esta disciplina proveniente de la India ha dado evidencia más que suficiente sobre sus beneficios para la salud postural e incluso mental.


El yoga ha pasado en pocos años de ser un ejercicio exótico y casi estrambótico a una práctica cada vez más extendida en todos los ámbitos. En el laboral también, por supuesto. Muchas empresas han empezado a sacar provecho de sus ventajas para proporcionar a sus empleados un mayor equilibro entre cuerpo y mente, confiando en que así aumentará la productividad. Incluso se habla del yoga como arma para combatir el absentismo laboral.
Entidades como L’Oreal, Google o el propio Museu Guggenheim de Bilbao ofrecen desde hace tiempo clases de yoga para sus empleados. En muchos casos éstas son subvencionadas por la propia empresa, aunque en otras se llegan a otro tipo de acuerdos entre grupos de trabajadores y empresarios. Aun así, cada vez son más las escuelas y profesores de yoga que se especializan en dar clases a plantillas de empleados de una misma compañía.
Se dice del yoga que aporta diversos beneficios sociales en las empresas, como fomentar el vínculo entre compañeros e incluso el grado de compromiso de los trabajadores con su compañía, al sentirse más cuidados por ésta.
Se realice trabajo de oficina a diario o no, muchos empleos nos obligan a pasar largos periodos de tiempo con una misma postura. Se conoce de sobras que pasar demasiadas horas en un escritorio y frente a una pantalla puede acabar provocando síntomas como confusión mental, ansiedad, mala postura, dolor de espalda y cervicales, entre otros. De hecho, según encuestas del ISNHT, las dolencias que más se relacionan con el trabajo y el absentismo son los dolores musculares y el estrés. Éstos a su vez pueden generar enfermedades como hipertensión, insomnio, depresión, úlcera o problemas gastrointestinales.
Algunos expertos señalan que el yoga ayuda a fortalecer el sistema inmunitario, prevenir dolencias comunes de espalda y cervicales, el síndrome del túnel carpiano, el alto nivel de estrés y a tomar consciencia de nuestra postura para que nos sea más fácil adoptar la correcta.  Al ser un ejercicio de bajo impacto, el yoga mejora la fuerza y la flexibilidad, reduce el estrés y la tensión física y mental. Además, si se combina con la meditación permite aumentar la concentración para lograr una mejor calidad del trabajo.
Eso sí, no todos tendremos la suerte de que la compañía donde trabajamos nos subvencione clases de yoga. Sería un escenario ideal, pero no todos los “yoguis de oficina” lo practican con un profesor. Pero no hay problema, hay muchos ejercicios que puede hacer uno mismo mientras está en el trabajo, ya que se trata de posturas que no duran muchos minutos o simples técnicas de respiración diafragmática. Recordemos que, a los que trabajamos en escritorio, se nos aconseja levantarnos para estirar las piernas cada 20 o 30 minutos y durante unos 2 minutos. Tiempo suficiente para adoptar algunas de las posturas yoguis que podréis encontrar en estos artículos:
Fuente: http://www.proteccion-laboral.com/yoguis-oficina-la-nueva-tendencia-bienestar-laboral/

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