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lunes, 6 de marzo de 2017

Absentismo laboral: ¿todos entendemos lo mismo?

Las últimas noticias de 2016 indicaban un importante crecimiento del absentismo en España, en comparación con 2015. Una tendencia que se viene observando desde 2014 puesto que, según datos de la CEOE, hasta ese año se registraba decrecimiento desde 2007, año de inicio de la crisis económica. En la noticia de ABC se destaca que el absentismo genera unas pérdidas de hasta 8000 millones para las empresas.
Ahora bien, ¿qué es exactamente el absentismo? Porque hay cierto desacuerdo con su definición y con los trabajadores que se tienen en cuenta para realizar las estadísticas. La OIT lo describe como “la no asistencia al trabajo (justificada o no) por parte de un trabajador que se pensaba que sí iba a asistir”. Siendo así, y según CCOO, no se deberían considerar absentismo las bajas maternales, por enfermedad, permisos sindicales. Es decir, no esperas que una persona de baja venga a trabajar, ¿no? Pero la realidad es que, cuando se habla de este fenómeno en medios de comunicación o en noticias procedentes de mutuas u organizaciones como la misma CEOE, sí se tienen en cuenta las bajas como absentismo.

De hecho, si buscamos “Absentismo laboral” en Wikipedia, se distingue entre 3 tipos:
  • Absentismo previsible y justificado: contempla los permisos legales retribuidos, enfermedades comunes con baja de incapacidad laboral transitoria, accidentes de trabajo con baja, permisos no retribuidos para asuntos personales.
  • Absentismo no previsible y sin justificación: no acudir al trabajo sin avisar o sin autorización de la empresa.
  • Presentismo: cuando se acude al lugar de trabajo pero se dedica el tiempo a cosas que no forman parte de la actividad laboral.
Para estas descripciones se referencia al Diccionario de Economia Aplicada de Miguel Angel Galindo Martín.
Este desacuerdo junto con la vaga definición de la OIT puede dar lugar a confusiones como pensar que, cuando en un medio de comunicación se habla de absentismo, se hace referencia a la gente que no va a trabajar porque sí. Titulares como “Más de 880.000 trabajadores no acuden a su puesto de trabajo ningún día del año tampoco ayudan, la verdad. Como si en España no sufriéramos bastante ya el estigma de ser “vagos”.
Lamentablemente, cuando se habla de absentismo, a mucha gente le viene a la cabeza las faltas injustificadas al trabajo. Como si eso no se penalizara, cuando a menudo hasta se penalizan las bajas justificadas.
Es necesario un consenso entre la definición de absentismo y la manera en la que éste se estudia y contabiliza. O se matiza que absentismo comprende las faltas tanto justificadas como injustificadas en el trabajo o se dejan de contar las bajas y permisos cuando se realicen censos. Por el contrario, se seguirá interpretando lo que se quiera (o interese) cuando se lean titulares; y el absentismo es algo lo bastante serio como para ir manipulando la información relativa a él. Tampoco nos olvidemos, además, que el absentismo reflejado en el absentismo que se refleja en las estadísticas puede ser causa de malas prácticas y baja protección a los trabajadores, por parte de la empresa.

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