El frío como riesgo laboral
Manuel Domene
La actividad en entornos fríos aumenta el riesgo de incapacidad laboral del trabajador y agrava sus ‘dolencias de base’.
El trabajo con frío en interiores y al aire libre puede tener efectos adversos sobre la salud humana. Los problemas de salud disminuyen la productividad y aumentan los riesgos de accidentes y lesiones llegando en los casos más extremos a causar muertes. Sólo la gestión correcta, que pasa por el conocimiento y la evaluación, permitirá evitar que el frío sea otro riesgo laboral que enfrentan muchos trabajadores.
El frío es un riesgo añadido al trabajo. Generalmente, se considera que éste riesgo existe cuando se trabaja a temperaturas iguales o inferiores a los 10-15º C, que pueden darse en interiores o a la intemperie.
¿Qué efectos tiene el frío sobre los trabajadores?
En el mejor de los casos, el frío es responsable de incomodidad térmica, lo que no deja de ser un déficit ergonómico. La falta de confort redunda en distracción, lo que no sólo reduce el rendimiento en tareas que puedan exigir especial concentración, sino que aumenta el riesgo de aparición de incidentes o, incluso, accidentes.
El empleo de pesadas prendas de abrigo, además de limitar nuestra destreza, aumenta nuestro gasto energético. Algunos autores estiman que cada kilo suplementario de indumentaria aumentaría el consumo energético del trabajador en un 3%.
Simultáneamente, la exposición al frío puede ser el catalizador de algunas enfermedades,agravando los síntomas de otras de carácter crónico que padezca el trabajador.
No es difícil que por culpa del frío se manifiesten o acrecienten los síntomas de una enfermedad de base, pudiendo experimentar los afectados situaciones de incapacidad y problemas de salud de forma prematura. Además, ello implica aumento de gastos empresariales, descenso de la productividad e incremento del gasto sanitario.
Los efectos del frío en enfermedades respiratorias
La inhalación de aire frío y seco provoca cambios fisiológicos en el tracto respiratorio. Es de sobra conocido que el invierno tiene una incidencia directa en las tasas de morbi-mortalidad de la población en general. Enfermos de dolencias pulmonares obstructivas ven aumentar dramáticamente el riesgo de muerte los días fríos; el asma es más grave durante el invierno.
Los síntomas respiratorios, que se incrementan en proporción directa al envejecimiento, suelen afectar más a las mujeres, siendo muy comunes cuando se realiza ejercicio. Existe, pues, una relación directa entre frío e incapacidad laboral, pudiendo –como hemos dicho- provocar la invalidez en personas sensibles o con enfermedades crónicas.
Afecciones y enfermedades cardiovasculares
La exposición al frío aumenta la morbi-mortalidad cardiovascular, que, como ocurre con otras patologías, son más frecuentes o registran agravamientos durante la estación más fría. Los estudios epidemiológicos sugieren que los síntomas cardiovasculares (arritmias y dolores de pecho) se presentarían durante el frío para un 4% de la población al menos.
Frío y diabetes
La diabetes se encuentra asociada con disfunciones metabólicas que pueden afectar a la termorregulación, agravando el riesgo de enfriamiento. Frecuentemente, la enfermedad también va asociada con neuro-vasculopatías periféricas que alteran la capacidad de regulación de la pérdida de calor en las extremidades. Así, la respuesta de vasoconstricción de los diabéticos ante el frío está por debajo de la de los individuos sanos. La circulación sanguínea es menor en las extremidades de los diabéticos del tipo 1, tanto durante como después de la exposición al frío. En los diabéticos insulino-dependientes se detecta menor flujo sanguíneo capilar. Muchos de estos enfermos también han desarrollado patologías cardiovasculares, lo que les convierte en personas muy vulnerables al frío y sus efectos fisiológicos.
Existe poca información sobre el binomio diabetes-frío –y menos en el contexto laboral-, pero estudios epidemiológicos generales señalan que los diabéticos presentarían síntomas cardíacos con frío más frecuentemente (53%) que los no diabéticos (39%). El alarmante incremento mundial de la diabetes del tipo 2 (por malos hábitos, etc.) solucionará sin duda esta laguna informativa. En cualquier caso, el diabético que trabaja expuesto al frío necesita asesoramiento sobre los efectos del frío, especialmente en relación con las enfermedades cardiovasculares. El cuidado personal y la consciencia de la posible co-morbilidad por la exposición al frío son aspectos preventivos de primer orden.
El frío y los problemas de la piel
Las afecciones dérmicas relacionadas con la temperatura incluyen el eritema, urticarias, sabañones, paniculitis por frío y crio-globulinemia. La respuesta anormal de la piel al frío ocurre habitualmente cuando los trabajadores se exponen a frío moderado (0-15º C) durante periodos prolongados. Cuando se padece una enfermedad crónica de la piel, las características de dicho órgano se ven alteradas, pudiendo aumentar la sensibilidad al frío y ocasionar incomodidad, dolor, disminución del rendimiento, e incluso lesiones. Hay poca información sobre la incidencia y prevalencia de las dermatosis comunes (dermatitis atópica, psoriasis y acné) a causa del frío. Se da por hecho que los problemas de la piel seca pueden empeorar con el frío (si éste se combina con una baja humedad relativa).
¿Cómo gestionar el riesgo laboral del frío?
Disponemos de la norma ISO 15743:2008 (Ergonomía del entorno térmico) que presenta una estrategia y herramientas prácticas para evaluar y gestionar el riesgo del frío en el lugar de trabajo. Incluye modelos de evaluación y gestión, una ‘check-list’ para identificar los problemas laborales relacionados con el frío, así como un modelo que ayuda a los médicos del trabajo y ergónomos a identificar los síntomas que denotan la sensibilidad de las personas más vulnerables. Esta norma internacional también guía en la aplicación de métodos científicos de evaluación del riesgo inherente al frío.
Con independencia de la norma, enfrentarse y gestionar (con éxito) el frío en el trabajo empieza por el conocimiento y la valoración del riesgo potencial, a lo que seguirá la aplicación de estrategias de gestión o, dicho de otro modo, aplicación de un plan de prevención, que vigilará con especial celo al grupo de riesgo (personal más susceptible de sufrir crio-patías). Como ya hemos venido subrayando, las estrategias de gestión contemplarán, de forma obligatoria, medidas técnicas y organizativas combinadas con el uso adecuado de vestuario de protección frente al frío.
http://www.proteccion-laboral.com/el-frio-como-riesgo-laboral/
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