Y es que ser trabajador portuario significa estar expuesto a riesgos tan variados como severos. En la PL 92 los exponemos con más detalle, pero para que os hagáis una primera idea, hoy los resumimos.
Cargas pulverulentas
Las cargas de soja, alimentos para animales, harina de pescado, bimoasa y otros fertilizantes pueden liberar grandes cantidades de polvo. Éste puede contener hongos y bacterias que, al ser respirados, afectan a los pulmones. Por ello, es importante tomar medidas de prevención adecuadas como:
- Sistemas de manipulación continuos totalmente encapsulados.
- Sistemas de filtración de polvo.
- Equipos de protección respiratoria.
- Suprimir el polvo con proyección de agua u otros agentes aglomerantes.
Mercancías peligrosas y fumigación
Las unidades de transporte que hayan sido fumigadas deberán llevar el letrero advirtiéndolo y ventilarse antes de permitir la entrada en las mismas. Si la carga también lo ha sido, existe la posibilidad de que queden residuos, por lo que se deberán tomar medidas antes de entrar. Aunque éstas no estén marcadas como mercancías peligrosas.
Cuando sea preciso fumigar, deberá hacerse sólo por especialistas y la carga a granel que lo haya sido, deberá declararse y dar los equipos de protección adecuados a los trabajadores.
Lesiones musculo-esqueléticas
Si no se ejecutan correctamente, las actividades características de los trabajadores portuarios pueden desembocar en la aparición de TME. Sobre todo, en la espalda por culpa de las tareas que impliquen movimientos repetitivos y/o fuerza excesiva. Asimismo, estos trastornos también pueden ser ocasionados por la vibración que generan los vehículos en los que se trabaja. Las prácticas más arriesgadas son la maniobra manual del equipo de elevación, la elevación / maniobra de barras de amarre y las actividades de almacenamiento y almacenaje.
Para prevenir los TME deberíamos contar con la ayuda de cabrestantes motorizados, elevadores hidráulicos y transportadores portátiles de rodillos. También hará falta incorporar técnicas seguras de elevación para prevenir las vibraciones y mantener correctamente las vías, carreteras, muelles y superficies del parque de contenedores.
Informar sobre las técnicas más ergonómicas para los trabajadores también será obligatorio para las empresas.
Resbalones y tropezones
Al trabajar con superficies irregulares, húmedas o con hielo, cuerdas mal estibadas, cables y otros equipos, paletas y embalajes desechados, etc. se pueden propiciar este tipo de accidentes. Para evitarlos no sólo se deberá hacer uso de superficies y suelos apropiados, sino también mantener un correcto programa de limpieza, instalar recipientes de almacenamiento para poner el equipo de elevación y proporcionar el calzado adecuado a los trabajadores, así como una iluminación suficiente.
Espacios confinados
Muchas personas pierden la vida o quedan gravemente heridas cada año como consecuencia del trabajo en espacios confinados. En el contexto portuario, estos riesgos van asociados a las bodegas. Éstas pueden sufrir de falta o, por el contrario, de exceso de oxígeno. Situación que puede llegar a ser crítica para los trabajadores.
Reducir los riesgos requerirá evitar trabajar dentro de dichos espacios y tener en cuenta aspectos como una ventilación positiva del espacio confinado así como una medición de la concentración de oxígeno, uso de equipos de protección respiratoria y dispositivos de rescate. También se deberá proporcionar un rápido acceso a los servicios de emergencia.
Trabajo en solitario
En este sector es frecuente el caso del trabajador que está sólo. Aunque no existen restricciones en cuanto al trabajo en solitario, la empresa deberá efectuar una evaluación de riesgos para determinar si es aconsejable.
Fuente: http://www.proteccion-laboral.com/prl-llegar-buen-puerto/
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