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martes, 24 de septiembre de 2013

POSTURAS FORZADAS


POSTURAS FORZADAS

1. CRITERIOS DE APLICACIÓN

Vigilancia médica en aquellos operarios con trabajos que supongan posiciones forzadas e incómodas durante toda o parte de su jornada laboral de forma habitual.
Sin pretender dejar de lado otras ocupaciones o tareas laborales, las ocupaciones que deberán tenerse en cuenta para la aplicación del protocolo del manejo manual de cargas son:
• Cirujanos.
• Dependientes de comercio.
• Peluquería.
• Mecánicos
• Vigilantes.
• A.T.S/D.U.E. y auxiliares sanitarios.
• Cocineros, camareros.
• Agricultores.
• Fontaneros.
• Administrativos en general.
• Limpieza.
• Mineros.
• Albañilería en general.
• Pintores.
• Otras.

2. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

2.1. Definiciones y conceptos
Posiciones de trabajo que supongan que una o varias regiones anatómicas dejen de estar en una posición natural de confort para pasar a una posición forzada que genera hiperextensiones, hiperflexiones y/o hiperrotaciones osteoarticulares con la consecuente producción de lesiones por sobrecarga.
Las posturas forzadas comprenden las posiciones del cuerpo fijas restringidas, las posturas que sobrecargan los músculos y los tendones, las posturas que cargan las articulaciones de una manera asimétrica, y las posturas que producen carga estática en la musculatura.Existen numerosas actividades en las que el trabajador debe asumir una variedad de posturas inadecuadas que pueden provocarle un estrés biomecánico significativo en diferentes articulaciones y en sus tejidos blandos adyacentes.
Las tareas con posturas forzadas implican fundamentalmente a tronco, brazos y piernas.

2.2. Fuentes de exposición y usos
Existen numerosas actividades en las que el trabajador adopta posturas forzadas: son comunes en trabajos en bipedestación, sedestación prolongada, talleres de reparación, centros de montaje mecánico, etc., pudiendo dar lugar a lesiones musculoesqueléticas.

2.3. Mecanismo de acción
Las posturas de trabajo inadecuadas es uno de los factores de riesgo más importantes en los trastornos musculoesqueléticos. Sus efectos van desde las molestias ligeras hasta la existencia de una verdadera incapacidad.
Existen numerosos trabajos en los que el trabajador debe asumir una postura inadecuada desde el punto de vista biomecánico, que afecta alas articulaciones y a las partes blandas.
Existe la evidencia de que existe una relación entre las posturas y la aparición de trastornos musculoesqueléticos, pero no se conoce con exactitud el mecanismo de acción (W. Monroe Keyserling). No existe un modelo razonablemente comprensible que permita establecer criterios de diseño y prevenir los trastornos que se producen. Aunque no existen criterios cuantitativos para distinguir una postura unadecuada, o cuanto tiempo puede adoptarse una postura sin riesgo, es
evidente que la postura es un efecto limitador de la carga de trabajo en el tiempo, o de la efectividad de un trabajador.

2.4. Efectos sobre la salud
Las posturas forzadas en numerosas ocasiones originan trastornos musculoesqueléticos. Estas molestias musculoesqueléticas son de apariciónlenta y de carácter inofensivo en apariencia, por lo que se suele ignorar el síntoma hasta que se hace crónico y aparece el daño permanente; se localizan fundamentalmente en el tejido conectivo, sobretodo
en tendones y sus vainas, y pueden también dañar o irritar los nervios, o impedir el flujo sanguíneo a través de venas y arterias. Son frecuentes en la zona de hombros y cuello.
Se caracteriza por molestias, incomodidad, impedimento o dolor persistente en articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos, con o sin manifestación física, causado o agravado por movimientos repetidos, posturas forzadas y movimientos que desarrollan fuerzas altas.
Aunque las lesiones dorsolumbares y de extremidades se deben principalmente a la manipulación de cargas, también son comunes en otros entornos de trabajo, en los que no se dan manipulaciones de cargas y sí posturas inadecuadas con una elevada carga muscular estática.
Se definen tres etapas en la aparición de los trastornos originados por posturas forzadas:

• En la primera etapa aparece dolor y cansancio durante las horas de trabajo, desapareciendo fuera de éste. Esta etapa puede durar meses o años. A menudo se puede eliminar la causa mediante medidas ergonómicas.


En la segunda etapa, los síntomas aparecen al empezar el trabajo y no desaparecen por la noche, alterando el sueño y disminuyendo la capacidad de trabajo. Esta etapa persiste durante meses.

En la tercera etapa, los síntomas persisten durante el descanso. Se hace difícil realizar tareas, incluso las más triviales.

Traumatismos específicos en hombros y cuello

1. Tendinitis del manguito de los rotadores: el manguito de los rotadores lo forman cuatro tendones que se unen en la articulación del hombro. Los trastornos aparecen en trabajos donde los codos deben estar en posición elevada, o en actividades donde se tensan
los tendones o la bolsa subacromial. Se asocia con acciones repetidas de levantar y alcanzar con y sin carga, y con un uso continuado del brazo en abducción o flexión.

2. Síndrome de estrecho torácico o costoclavicular: aparece por la compresión de los nervios y los vasos sanguíneos que hay entre el cuello y el hombro. Puede originarse por movimientos de alcance repetidos por encima del hombro.

3. Síndrome cervical por tensión: se origina por tensiones repetidas del elevador de la escápula y del grupo de fibras musculares del trapecio en la zona del cuello. Aparece al realizar trabajos por encima del nivel de la cabeza repetida o sostenidamente, o cuando el
cuello se mantiene en flexión.

Traumatismos específicos en mano y muñeca:

1.  Tendinitis: es un inflamación de un tendón debida, entre otras causas, a que está repetidamente en tensión, doblado, en contacto con una superficie dura o sometido a vibraciones. Como consecuencia de estas acciones el tendón se ensancha y se hace irregular.

2. Tenosinovitis: producción excesiva de líquido sinovial por parte de la vaina tendinosa, que se acumula, hinchándose la vaina y produciendo dolor. Se originan por flexiones y/o extensiones extremas de la muñeca. Un caso especial es el síndrome de De Quervain, que
aparece en los tendones abductor largo y extensor corto del pulgar debido a desviaciones cubitales y radiales forzadas.

3. Dedo en gatillo: se origina por flexión repetida del dedo, o por mantener doblada la falange distal del dedo mientras permanecen rectas las falanges proximales.

4. Síndrome del canal de Guyon: se produce al comprimirse el nervio cubital cuando pasa a través del túnel Guyon en la muñeca. Puede originarse por flexión y extensión prolongada de la muñeca, y por presión repetida en la base de la palma de la mano.

5. Síndrome del túnel carpiano: se origina por la compresión del nervio mediano en el túnel carpiano de la muñeca, por el que pasan el nervio mediano, los tendones flexores de los dedos y los vasos sanguíneos. Si se hincha la vaina del tendón se reduce la abertura
del túnel presionando el nervio mediano. Los síntomas son dolor, entumecimiento, hormigueo y adormecimiento de la parte de la mano: de la cara palmar del pulgar, índice, medio y anular; y en la cara dorsal, el lado cubital del pulgar y los dos tercios distales del índice,
medio y anular. Se produce como consecuencia de las tareas desempeñadas en el puesto de trabajo que implican posturas forzadas mantenidas, esfuerzos o movimientos repetidos y apoyos prolongados o mantenidos.

Traumatismos específicos en brazo y codo:

1. Epicondilitis y epitrocleítis: en el codo predominan los tendones sin vaina. Con el desgaste o uso excesivo, los tendones se irritan produciendo dolor a lo largo del brazo, incluyendo los puntos donde se originan. Las actividades que pueden desencadenar este síndrome son movimientos de extensión forzados de la muñeca.


2. Síndrome del pronador redondo: aparece cuando se comprime el nervio mediano en su paso a través de los dos vientres musculares del pronador redondo del brazo.

3. Síndrome del túnel cubital: originado por la fexión extrema del codo.


3. EVALUACIÓN DEL RIESGO

Esta parte tiene como finalidad analizar el puesto de trabajo y evaluar el posible riesgo derivado de posturas forzadas (ANEXO I). Este apartado consta de las siguientes fases:

3.1. Estudio de las condiciones de trabajo

El estudio de las condiciones de trabajo va a depender del tipo de trabajo a analizar, la duración del ciclo y la parte del cuerpo que realiza la acción.
Existen diversos métodos de valoración de las posturas en un puesto de trabajo: método Owas, Corlett, SWAT, VIRA, ARBAN, Keyserling, etc... Estudiados todos ellos, como ejemplo se propone determinar el riesgo asociado a un puesto de trabajo o a una actividad laboral concreta, mediante la utilización del método OWAS, que consideramos el más práctico y funcional.

El método no considera los tiempos de exposición de las diferentes
actividades que realiza el trabajador/a debido a la imposibilidad de de terminarlos con una cierta aproximación; ya que por lo general son tareas con una distribución de las cargas de trabajo de cada actividad que no es uniforme durante la jornada.
Es un método basado en la identificación de posturas de trabajo inadecuadas, y las estandariza en función de las posturas del tronco, de los brazos y de las piernas. El método también considera el nivel de carga o esfuerzo muscular. Los niveles establecidos son los siguientes:
a.
Espalda:
– Recta.
– Inclinada.
– Girada.
b.
Brazos:
– Ambos brazos por debajo del nivel del hombro.
– Un brazo por encima del o al nivel del hombro.
– Ambos brazos por encima del o al nivel del hombro.
c.
Piernas:
– Sentado.
– De pie con las dos piernas rectas.
– De pie con el peso en una pierna recta.
– De pie con las rodillas flexionadas.
– De pie con el peso en una pierna y la rodilla flexionada.
– Arrodillado en una/dos rodillas.
– Caminando.
d.
Fuerza o carga:
– Fuerza menor o igual a 10 kg.
– Fuerza entre 10 y 20 kg.
– Fuerza mayor de 20 kg.

En el ANEXO I figuran tres cuadros en los que se muestran los niveles de riesgo de las 252 (4·3·7·3) combinaciones diferentes de posturas de brazos, tronco y piernas) y esfuerzos de trabajo.
Los autores del método recomiendan realizar una codificación de la postura cada cierto intervalo de tiempo (entre 10 y 30 segundos, dependiendo del tipo de tarea) para obtener una visión general de la totalidad de posturas adoptadas en el ciclo de trabajo analizado.

3.2. Evaluación global del riesgo

Se anota el riesgo de la postura más difícil que realiza el trabajador/a, en el recuadro correspondiente. Este nivel oscila entre nivel 1 (situación satisfactoria) hasta nivel 4 (situación penosa).

3.3. Cronograma de actuación

Se establece la periodicidad de los reconocimientos médicos en función del nivel de riesgo al que está expuesto/a el/la trabajador/a.

4. PROTOCOLO MÉDICO ESPECÍFICO

Este protocolo está dirigido a todo trabajador/a que está expuesto/a a posturas forzadas en su puesto de trabajo.
El objetivo es establecer las características específicas que debe reunir el examen de salud en este colectivo laboral.
La vigilancia de trabajadores/as expuestos/as a posturas forzadas comprende dos fases interdependientes:

• El análisis de las condiciones de trabajo, que nos permite evaluar el riesgo del puesto de trabajo y la región anatómica que puede resultar afectada y
• La vigilancia sanitaria específica de los trabajadores.

4.1. Historia Laboral

4.1.1. Exposiciones anteriores (anamnesis laboral). (ANEXO II)

Consta de los siguientes apartados:

• Datos de filiación del trabajador/a:
– Nombre.
– Apellidos.
– Sexo.
– Fecha de nacimiento.
– D.N.I.
– Nº de la S.S.
– Dirección.
• Datos del reconocimiento:
– Nombre del médico del trabajo.
– Fecha.
– Servicio de prevención que realiza el reconocimiento.
– Tipo (propio, ajeno, trabajador designado).
• Exposiciones anteriores:
– Empresa.
– Actividad (CNAE).
– Ocupación (CNO).
– Tiempo.
– Descripción del puesto de trabajo.

4.1.2. Exposición actual al riesgo

• Datos de filiación de la empresa:
– Nombre de la empresa.
– Actividad de la empresa (CNAE).
– Ocupación (CNO).
– Domicilio Social - Localidad - Centro de trabajo.
– Tamaño de la plantilla.
• Datos relativos al puesto de trabajo:
– Antigüedad.
– Descripción del puesto de trabajo.
– Tipo de trabajo: tiempo y tipo de tarea.
– Herramientas y mandos que se utilizan a diario.
– Turnos de trabajo.
– Pausas en el trabajo.
– Riesgos detectados en el análisis de las condiciones de trabajo.
– Medidas de prevención adoptadas.

4.2. Historia clínica

4.2.1. Anamnesis

En la evaluación inicial después de la incorporación al trabajo, se recogerán los siguientes datos:

• Historia laboral. Exposiciones anteriores.
• Antecedentes personales: en este apartado debemos insistir en la búsqueda de antecedentes del sistema osteomuscular y la presencia de posibles predisposiciones individuales.
• Antecedentes familiares.
• Hábitos personales (alcohol, tabaco, medicamentos, especificando
cantidades).
• Anamnesis dirigida por aparatos.
• Exploración clínica.
• Analítica sistemática de sangre y orina.
• Electrocardiograma a mayores de 40 años.

El examen específico periódico, se realizará con una periodicidad ajustada al nivel de riesgo al que está sometido el/la trabajador/a, tal como se especifica en el anexo I en el cronograma de actuación y comprenderá los epígrafes que se especifican en el apartado siguiente.



4.2.2. Exploración clínica específica

Se realizará la anamnesis y exploración de las regiones anatómicas implicadas en las posturas forzadas: columna vertebral, cintura escapular, extremidades superiores y extremidades inferiores (ANEXO III). 
El protocolo se ha diseñado pensando en una fácil exploración, que deberá ser anotada en la casilla o campo correspondiente.
Estudiando la actividad específica podemos determinar cuales son las articulaciones o complejos musculotendinosos que van a realizar ese esfuerzo. De forma orientativa, y teniendo en cuenta que no se trata de un listado cerrado, se especifica la región anatómica a explorar en las distintas profesiones:

Columna cervical
– Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
– Maniobras forzadas (mecánicos, mantenimiento, instalaciones y
montajes).
– Archivos y almacenes.
– Manejo de cargas en el hombro (carga y descarga).
– Pintores.
Columna dorsal y lumbar
– Personal manipulador de pesos.
– Trabajadores/as de la construcción y servicios.

– Peonaje.
– Albañilería.
– Fontanería y calefacción.
– Encofradores y estructuristas.
– Conductores de vehículos.
– Agricultores y ganaderos.
– Trabajadores/as de la marina pesquera.
– Celadores.
– ATS/DUE.
– Auxiliares sanitarios.
– Pintores.
Hombro y cintura escapular
– Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
– Pintores.
– Servicio de limpieza.
– Conductores de vehículos.
– Trabajadores/as de la construcción y servicios.
– Peonaje.
– Personal que realiza movimientos repetidos.
– Personal manipulador de pesos.
– Fontanería y calefacción.
– Carpinteros.
– Mecánicos.
– Trabajadores/as que utilizan las manos por encima de la altura del
hombro.
– Archivos y almacenes.
– Trabajadores/as de la industria textil y confección.
Brazo y codo
– Mecánicos.
– Fontanería y calefacción.
– Personal que realiza movimientos repetidos.
– Carpinteros y ebanistas.
– Chapistas.
– Trabajadores/as de la construcción y servicios.
– Peonaje.
– Servicio de limpieza.
– Personal manipulador de pesos.
– Archivos y almacenes.
– Conductores de vehículos.
– Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
– Deportistas profesionales.
– Montadores de piezas.
– Industria conservera.
Antebrazo y muñeca
– Mecánicos.
– Fontanería y calefacción.
– Personal que realiza movimientos repetidos.
– Carpinteros y ebanistas.
– Chapistas.
– Peonaje.
– Servicio de limpieza.
– Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
– Personal manipulador de pesos.
– Montadores de piezas.
– Industria conservera.
– Pintores.
– Cadenas de montaje.
Mano y dedos
– Personal que realiza movimientos repetidos con las manos.
– Chapistas.
– Mecánicos.
– Pintores.
– Fontanería y calefacción.
– Trabajadores/as de la construcción y servicios.
– Peonaje.
– Servicio de limpieza.
– Personal manipulador de pesos en cadena.
– Archivos y almacenes.
– Conductores de vehículos.
– Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
– Personal manipulador de pesos.
– Deportistas profesionales.
– Montadores de piezas.
– Industria conservera.
19
– Personal de hostelería.
– Cocina.
Cadera y muslo
– Personal manipulador de pesos.
– Conductores de vehículos.
– Policías.
– Vigilantes.
– Personal militar.
– Personal sanitario.
– Facultativos y ayudantes técnicos.
– Personal auxiliar (clínico, celadores , administrativos).
– Comercio.
Rodilla
– Conductores de vehículos y maquinaria móvil.
– Montadores.
– Estructuristas.
– Pintores.
– Chapistas.
– Mecánicos.
– Electricistas.
– Personal militar.
– Policía.
– Vigilantes.
– Agricultores y ganaderos.
– Personal de mantenimiento.
– Trabajadores/as de la construcción.
– Deportistas profesionales.
– Descargadores.
– Personal que desplaza cargas a distancia.
Pierna, tobillo y pie
– Conductores de vehículos y maquinaria móvil.
– Montadores.
– Estructuristas.
– Personal militar.
– Policía.
– Vigilantes.
– Agricultores y ganaderos.
-  Trabajo en terreno irregular.
– Carteros.
– Repartidores de mercancías.
– Personal de mantenimiento.
– Trabajadores/as de la construcción.
– Deportistas profesionales.
– Personal de hostelería.
– En general personas que permanecen muchas horas de pie o caminando.
– Descargadores.
– Personal que desplaza cargas a distancia.

Se incluye un glosario (ANEXO IV) en las que se describen algunas de las pruebas más frecuentes en la exploración del aparato locomotor, de gran interés para la correcta valoración de los síntomas.
La detección precoz de los síntomas es fundamental para evitar que el problema rebase los límites de la acción funcional inadecuada que produce la fatiga del tejido concreto y como consecuencia la enfermedad o lesión.
La exploración clínica aporta más del 75% de los signos para la obtención del diagnóstico. Esta exploración clínica debería ser específicamente dirigida por la anamnesis y no por exploraciones "universales".

Los pilares que sustentan la exploración son:
1. Inspección.
2. Palpación.
3. Percusión.
4. Movilidad activa y pasiva.
5. Signos clínicos.
6. Exploraciones complementarias

Inspección: en la columna, observar la actitud postural: cifosis, lordosis, escoliosis, gibosidad costal, tortícolis. En extremidades, observar los contornos articulares y ver si son normales o existen deformidades.

Anotar la presencia de atrofias, cicatrices y amputaciones. La existencia de tumefacción, desviaciones de los dedos, etc.

• Se buscarán por
palpación y/o percusión, aquellos puntos anatómicos dolorosos.

• Exploración de la movilidad activa y pasiva de:

Hombros y cintura escapular:
– abducción o separación,
– antepulsión o elevación,
– retropulsión o atrasar,
– adducción o aproximación,
– rotación interna y
– rotación externa.

Columna cervical, dorsal y lumbar:
– flexión,
– extensión,
– rotación derecha,
– rotación izquierda,
– lateralidad derecha y
– lateralidad izquierda.

Codos:
– flexión,
– extensión,
– pronosupinación.

Muñecas:
– flexión dorsal,
– flexión palmar,
– inclinación radial,
– inclinación cubital y
– pronosupinación.

Dedos:
– flexión,
– extensión.

Cadera y muslo:
– flexión,
– extensión,
– abducción,
– adducción,
– rotación interna y
– rotación externa.

Rodillas:
– flexión y
– extensión.


Tobillo:
– flexión dorsal,
– flexión plantar,
– inversión (subastragalina
– eversión (subastragalina).

Pie:
– flexión,
– extensión,
– abducción,
– adducción,
– rotación interna y
– rotación externa.

• La presencia de dolor y su irradiación. Especificar forma de comienzo:
agudo o insidioso. Especificar curso del dolor: continuo, brotes o cíclico.

• La existencia de signos clínicos.

4.3. Control biológico y estudios complementarios específicos
No existen indicadores biológicos, por lo tanto no corresponde en este apartado hablar sobre control biológico.
La realización de otras pruebas complementarias corresponde al nivel especializada de asistencia sanitaria.

4.4. Criterios de valoración

Para considerar la lesión que presenta el trabajador/a "de origen laboral" se deben cumplir una serie de criterios:

• Existencia de posturas forzadas en el puesto de trabajo.
• Aparición de los síntomas después del comienzo del trabajo actual y persistencia de ellos.
• Mejoría o desaparición de los síntomas con el descanso y reaparición o agravamiento tras reemprender el trabajo.
• Correlación topográfica de las lesiones.

Se valorarán fundamentalmente los datos referidos a la columna vertebral, cintura escapular, extremidades superiores y extremidades inferiores, haciendo hincapié en los apartados referidos al dolor y a la limitación de movilidad comparándola con valores de exámenes anteriores.

Los criterios de valoración se definen como sigue:
Apto.
No apto.
En observación.

Apto:
Cuando el trabajador/a no presenta una afección osteomuscular o en la anamnesis no revela una fatigabilidad anormal. El trabajador/a podrá desempeñar su tarea habitual sin ningún tipo de restricción.
No apto:
Calificación que recibe el trabajador/a cuando el desempeño de las tareas impliquen problemas serios de salud o ésta le imposibilite la realización de las mismas.

En observación
: Calificación que recibe el trabajador/a que está siendo sometido a estudio y/o vigilancia médica a fin de determinar su grado de capacidad.

La valoración de los signos y síntomas se realiza en cinco grados en orden numérico:

Grado 0
Ausencia de signos y síntomas.
Grado 1
Dolor en reposo y/o existencia de sintomatología sugestiva.
Grado 2
Grado 1 más contractura y/o dolor a la movilización.
Grado 3
Grado 2 más dolor a la palpación y/o percusión.
Grado 4
Grado 3 más limitación funcional evidente clínicamente.

5. NORMAS PARA LA CUMPLIMENTACIÓN DEL PROTOCOLO MÉDICO ESPECÍFICO
El protocolo de vigilancia de los trabajadores/as expuestos/as a posturas forzadas comprende una evaluación del riesgo, estableciéndose cuatro niveles de riesgo. Se debe indicar, en el recuadro correspondiente, el riesgo de la postura más difícil que realiza el trabajador/a. Se establece un cronograma de actuación en relación a las características específicas de cada trabajador/a y al nivel de riesgo que se encuentra sometido, estableciéndose la periodicidad de los exámenes periódicos.
En la elaboración de la historia clínico-laboral, en las preguntas de elección única si/no, se señalará con una cruz la que corresponda. En el caso de preguntas de elección múltiple habrá que marcar con una cruz la respuesta elegida. Cuando el dato requerido sea una fecha, se contestará el día, mes y año. Si fuera imposible conocer este dato con exactitud, se anotará una fecha aproximativa. Si se trata de una respuesta abierta es muy importante proporcionar la información de forma clara y precisa.
Se cumplimentará la hoja de recogida de datos del examen del sistema osteomuscular, recogiendo información sobre las diferentes áreas que se exploran para la obtención del diagnóstico y valorar la aptitud para su trabajo habitual.
Lo ideal sería que todos los items o apartados fueran rellenados, evitando, si fuera posible, que alguno quedase en blanco.

6. CONDUCTA A SEGUIR SEGÚN LAS ALTERACIONES QUE SE DETECTEN
En primer lugar deberá tenerse en cuenta la actuación sobre el medio para eliminar o reducir el riesgo. Se deberán corregir posturas y movimientos anómalos o forzados, los apoyos prolongados, los movimientos y esfuerzos repetidos. En definitiva, se mejorarán las condiciones de trabajo.
Se adoptarán medidas organizativas: rotaciones o pausas más frecuentes en el puesto de trabajo, de forma provisional o definitivamente, para evitar lesiones.
 Formación de los trabajadores/as e información sobre los riesgos laborales y las medidas de prevención. Control de la eficacia de la información y formación a los trabajadores/as.
Control periódico de las condiciones, la organización y los métodos de trabajo y el estado de salud de los trabajadores/as.
Siempre que se detecte el menor indicio de desviación de los valores considerados normales o la presencia de síntomas achacables a una enfermedad, el trabajador/a deberá ser remitido al especialista médico quien dictaminará y cuantificará el alcance de las lesiones realizando las pruebas complementarias oportunas.

7. LEGISLACIÓN APLICABLE

• Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.
25
• R.D. 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención.
• R.D. 487/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de Seguridad y Salud relativas a la manipulación manual de cargas que entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores/as.
• R.D. 488/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con equipos que incluyen pantallas
de visualización.


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